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7 estrategias para mantener a los alumnos motivados durante todo el año

Nuevo año, nueva oportunidad para alimentar la motivación de los alumnos.


Comienza un nuevo año, y el docente se encuentra con las mismas reacciones de cada año… algunos alumnos vuelven de las vacaciones con muchas ganas de arrancar el año escolar, otros en cambio, ponen un poco más de resistencia.


De todos modos, es común que a lo largo del año la motivación inicial vaya perdiendo su fuerza y los alumnos comiencen a tener menos interés, se esfuercen menos o vayan perdiendo motivación; ya sea cuando desaprueban exámenes, cuando tienen tareas desafiantes o cuando experimentan ciertas dificultades. Por esto mismo, es esencial que el docente trate a tiempo estos pensamientos.


Aquí desarrollamos 7 estrategias que pueden servir de ayuda a la hora de alimentar la motivación de los alumnos:


1) ¿Cuál es el ambiente que queremos tener en la clase?:

Muchas veces se hace fácil olvidar uno de los pasos más importantes para llevar a cabo la estrategia a la hora de enseñar: Construir una cultura de clase que sea positiva para los alumnos. Ya que, al negociar las reglas del aula con ellos, es posible generarles un sentimiento de mayor compromiso y pertenencia. Es por esto, que muchas veces, consolidar estos temas a principio del año es una buena idea para respetar un acuerdo común, generando un ambiente de aprendizaje positivo.


Algunas de estas reglas pueden ser:

- Escuchar.

- Respetar al otro, aunque sea distinto a mí.

- Cometer errores, está bien.


A partir de estas reglas, es posible generar un ambiente de aprendizaje positivo en el que:


2) Cada alumno tenga sus propios objetivos:

Hay diferentes maneras de preservar y potenciar el compromiso del alumno. El primer paso es hacer que los estudiantes se propongan objetivos reales, pero desafiantes. Algo que puede servir de gran ayuda es, pedirles que escriban en un cuaderno sus objetivos, que registren allí mismo cómo van avanzando día a día y que al finalizar respondan a la siguiente pregunta: “¿Qué aprendieron esta semana?”. Lo importante de este ejercicio es que luego de realizadas estas acciones el docente pueda proporcionarle al alumno feedback, para que este último pueda ser capaz de reconocer los errores y aprender de ellos.


3) Estrategias metacognitivas:

Como ya comentamos, a lo largo del año los alumnos tienden a distraerse, procrastinar y, la mayoría de las veces no son conscientes de cuando comienzan a tener esta actitud. Una buena opción para ayudarlos a que estén atentos es pedirles que registren ejemplos de eventos que interrumpieron su aprendizaje, tanto dentro como fuera de clase (esto también puede tomar lugar en aspectos de su vida privada) como, por ejemplo: No terminé mi tarea, porque pasé demasiado tiempo en las redes sociales

Para finalizar, la opción puede ser debatir entre todos los estudiantes las distracciones que tuvieron y proponer posibles soluciones.


4) Estrategias para propulsar el interés del alumno:

Todo docente conoce a sus alumnos, por ende, sabe con certeza que si en clase se tratan temas que despierten el interés de los estudiantes, estos van a estar más motivados y le van a encontrar fácilmente el sentido a la hora de estudiar. Una opción que recomendamos es, pedirles a los alumnos que anoten cosas que le generan un desafío y, a su vez, aquellos temas/aspectos de la clase que no les parezcan atractivos, es de esta manera que el docente podrá repensar su clase a partir del feedback arrojado por los estudiantes.


5) Estrategias para el acompañamiento emocional:

Al comenzar del año escolar, es de gran importancia conversar con los alumnos acerca de cómo se sienten y cómo pasaron las vacaciones, ya que los diferentes estados de ánimo y emociones pueden ayudar o dificultar el aprendizaje; y muchas veces los estudiantes no son conscientes de cuánto efecto pueden tener estos factores en su desempeño escolar.

Una buena manera de hacerlo es que el docente les pida a los alumnos que registren como se sienten cada vez que quieren lograr sus objetivos (principalmente el proceso que lo lleva hasta allí). Por ejemplo: “esta semana no pude aprender la tabla del 6, ni concentrarme en la clase, porque estaba enojado”. Es de esta manera que el maestro puede conocer qué momento emocional está atravesando el alumno y acompañarlo de una manera más acertada.


6) Estrategias para construir un ambiente positivo para el aprendizaje:

Crear un ambiente positivo, en el que los alumnos se sientan libres de expresarse, cometer errores y reflexionar sobre ello, permitirá que la clase sea un lugar efectivo para el aprendizaje.

Preguntarles a los estudiantes: ¿Con quién trabajas bien en grupo? ¿Con quién no trabajas tan bien? ¿Por qué? Esto ayuda a que los alumnos evalúen la dinámica social áulica. Un estudiante puede decir: “Agustina es una excelente amiga, pero cuando trabajo en grupo con ella siempre terminamos hablando de otros temas ajenos a la materia”. Como docente uno puede usar esta información para agrupar la clase de la manera más efectiva y colaborativa posible, ya que este conoce las habilidades de cada alumno, y de esta manera poder pensar la organización del aula.


7) Visualizar el futuro:

La motivación nos lleva a aprender y esta misma está formada por dos potenciales versiones de uno mismo: el ideal y en lo que uno se piensa capaz de convertirse. Preguntarle al alumno “¿Cómo se vería tu yo del futuro?” “¿Cómo debería verse tu yo del futuro?” Son preguntas que pueden ayudar a la hora de crear un background del proceso y, además, puede ser una actividad divertida para comenzar el año, pidiendo a los alumnos que anoten en sus diarios características y detalles específicos de su yo futuro. Por ejemplo: “Mi yo del futuro haría más deporte del que hago hoy en día”.


A lo largo del año el docente puede irles recordando y haciendo referencia acerca de estas conversaciones sobre “yo del futuro” para que los alumnos sean conscientes todo el tiempo de su propio progreso, cómo llegaron a eso y, además, no se desmotiven; siempre reforzando la idea de que nunca es tarde para volver a empezar, y superarse a uno mismo.


Aunque puede ser difícil que las estrategias mencionadas logren motivar a todos los alumnos de la clase, al menos vale la pena intentarlo. Todas estas estrategias son maneras para ayudar al alumno a desarrollar su habilidad de reconocer sus propias experiencias de aprendizaje y de esa manera actuar más conscientemente.


Fuente:

Seven Strategies to Keep Students Motivated All Year Long. (September, 2019). Obtenido de: https://www.kqed.org/mindshift/53937/seven-strategies-to-keep-students-motivated-all-year-long

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